Por Carlos Alberto Iparraguirre
Hacía un tiempo que no lo veíamos por las calles de Saladillo. Lo había ido a visitar a un hogar, o muchas veces le preguntaba a su hermana, que siempre lo atendía con cariño.
El “Negro”, como lo conocíamos todos, era un radical de ley, buen albañil, honesto, boxeador, atleta y futbolista del Club Atlético Huracán.
Vestía con orgullo la camiseta de Casa Felo, tanto en el boxeo como en el atletismo. Una excelente persona, un verdadero ejemplo de trabajo y humildad. Una pérdida que nos llena de tristeza.
Un abrazo grande, amigo “Conacho”. Ese apodo tan particular se lo puso mi madre, Rosa “Yita” Domínguez. Fue en un festival en el parque de la calle de Bozán y Lope Serrano, donde un locutor le preguntó su nombre y él respondió: “Carlos Domeneghini, con H”.
El locutor interpretó: “Carlos Domeneghini Conacho”, y así quedó. Desde entonces, la abuela y el abuelo Felo también comenzaron a llamarlo así. Muy amigo y querido por toda nuestra familia. Te vamos a recordar con mucho cariño, siempre.
