Tras el responso en la Iglesia, el cortejo se detuvo frente al Municipio donde se leyó el Decreto de Honores. Varias personas la despidieron con sentidas palabras

Con aplausos y muy emotivas palabras, surgidas todas desde lo más profundo del corazón, fueron despedidos este viernes al mediodía los restos de Guillermina Saggión en Saladillo.

Muchísimas personas, entre familiares, amigos, allegados y autoridades, participaron de las exequias.

Guillermina, de 62 años, falleció el 5 de marzo, durante un viaje turístico por Brasil junto a su esposo Rubén Garavaglia, y su cuerpo, tras largos trámites, arribó al país este jueves.

Luego de un breve velatorio en CESPAZ, se realizó a las 10:30 el responso en la Parroquia Nuestra Señora de la Asunción y, posteriormente, frente al Palacio Municipal, se leyó el Decreto de Honores rubricado por el intendente José Luis Salomón.

Durante más de 30 años, Guillermina prestó servicios en el Municipio. Ingresó como empleada administrativa en mayo de 1981. Trabajó hasta 1992 y en enero de 2003 regresó a la Comuna, desempeñándose en las áreas de Gobierno y Hacienda, como así también en las oficinas de Compras y del CURS.

A través del Decreto de Honores, el Gobierno municipal destacó la dedicación y el profesionalismo con el que se desenvolvió. “Ha sido muy buena empleada y la locutora oficial durante muchos años. Siempre recordaremos su energía y entusiasmo que contagiaba en cada ámbito en el que se encontraba”, expresó Estela Perelló al evocarla.

Desde la locución, siempre colaboró de manera desinteresada con múltiples instituciones y asociaciones de la comunidad. “Ha sido destacada y valorada su participación en distintas disciplinas culturales, como la danza, el canto y la actuación. Ha sido una persona, cuyo talento, capacidad y afecto, la convirtieron en un ser excepcional que siempre valoraremos por su pasión y compromiso”, destacó.

“Acompañamos a su familia y a sus seres queridos en este difícil momento… Esta inesperada noticia ha impactado muy fuerte en muchos de nosotros y en todas aquellas personas que tuvimos la suerte de conocerla y compartir momentos de su vida”, enfatizó.

“Una vida de película”

Previo al sepelio de sus restos en el Cementerio local, varias personas que tuvieron el placer de conocerla y trabajar a su lado la despidieron con sentidas palabras.

Primero habló Miriam Junco, en representación de la Fundación de Cine con Vecinos, ya que Guillermina participó como intérprete en numerosos filmes de la productora local dirigida por Fabio Junco y Julio Midú. “Tuviste una vida de película y en cada telenovela y largometraje dejaste tu huella. Fuiste una gran actriz. Tu energía contagiosa nos acompañará siempre en cada rodaje”, rememoraron.

Visiblemente emocionado, el presidente del Centro Vasco Itxaropen, Oscar Marcó, también la recordó a Guillermina por su activa participación en los eventos organizados por la asociación y también como dantzari en el grupo coreográfico. “Vamos a notar su ausencia muchísimo, sobre todo en la Fiesta de la Galleta de Piso, evento que le gustaba participar… Como decimos los vascos, los espíritus de las personas no se van; quedan en las casas de las cuales formaron parte”, expresó.

“El teatro era su casa”

El profesor Esteban Urús, director del Teatro Comedia, grupo del que Guillermina formó parte desde sus orígenes, la recordó como una persona de acción. “Hoy las puertas del teatro están abiertas, porque sabemos que era su casa y ella era parte de nuestra familia”, destacó.

El director y periodista de Canal 5, Aldo Rachit, contó que conoció a Guillermina a través del teatro y nació una amistad que se extendió durante 45 años. Fue también locutora de Canal 5 y condujo varios programas, destacándose en la prolongada transmisión de la colecta a beneficio de Santiaguito Güí.

“Era una mujer radiante, siempre sonriente, pero también se enojaba. Tenía carácter”, recordó Rachit, al evocar muy lindas anécdotas.

“Para nosotros, siempre será la locutora del Canal, donde su voz quedó y quedará registrada en muchas publicidades… En el teatro, sus actuaciones eran extraordinarias… La vamos a extrañar mucho”, expresó entre lágrimas.

“Lo que sembró, lo cosechó”

Noelia, compañera de trabajo, y el secretario de Hacienda del Municipio, Gustavo Ramundo, también se sumaron a la despedida recordando a Guillermina como una persona afable y cariñosa, siempre dispuesta a tender su mano. “Tenía la camiseta puesta del Municipio… Había presentado los papeles, pero no se quería jubilar. Era una persona especial y la vamos a extrañar. Realmente, una pérdida irreparable”, destacó el contador.

En representación de la asociación cultural Ríe Siempre, Alicia Federico expresó que todo ese amor que Guillermina sembró, hoy lo cosechó. “El día que falleció, Saladillo estuvo triste. Si hay alguien de quien nadie se va a olvidar es de Guille”, enfatizó.

Ezequiel Achilli, de la Escuela de Modelos Fashion Model’s de Saladillo, expresó que Guillermina tenía la vocación de reunir y convocar, y así la vamos a recordar. “Durante una semana, en Saladillo el tiempo se detuvo en honor a ella”, remarcó.

Dirigiéndose a Rubén Garavaglia, esposo de Guillermina, el ex intendente Carlos Gorosito expresó: “Tu dolor es también nuestro dolor, el dolor de todos los saladillenses que conocieron a Guillermina y fueron testigos de los valores que tenía. Ella fue, sustancialmente, una figura pública, una gran protagonista tanto en el teatro como en la televisión y en los actos oficiales como locutora… Hoy despedimos con dolor a alguien que deja un lugar vacío que no se va a poder llenar. Uno no se va del todo, porque las personas solamente mueren cuando se las olvida. Tengo la plena certeza de que Guillermina jamás será olvidada y estará presente en el corazón de muchos”, enfatizó.

El intendente José Luis Salomón expresó que Guillermina era un ser maravilloso: “Podía estar mal, podía no ser su mejor día, pero cuando tomaba el micrófono se transformaba… Su sonrisa y su abrazo profundo, no lo olvidaremos jamás. Es alguien que nos marcó a todos. No tuvo hijos, pero tuvo sobrinos que eran su vida. Su voz nos quedará grabada por siempre… Aun con un corazón dolido por los problemas propios de la vida, siempre transmitía bondad. En nombre de la comunidad de Saladillo, te digo gracias por lo que nos brindaste. Que la eternidad te tenga en sus brazos. Descansa en paz.”