“Cuando hay un conflicto y sólo cede una parte, no es bueno. Tienen que ceder las dos y eso se logra dialogando”, sostuvo el presbítero, especialista en Patrología y Teología Medieval al disertar en el Salón Pablo VI de Saladillo
Invitado por el padre Walter Kowalski, el sacerdote jesuita y sobrino del Papa, José Luis Narvaja Bergoglio brindó una conferencia en Saladillo sobre la fraternidad en el Antiguo Testamento.
Durante la disertación llevada a cabo en el salón Pablo VI de la Parroquia Nuestra Señora de la Asunción, habló primeramente de las historias bíblicas de Caín y Abel y de Esaú y Jacob, y brindó algunos aportes para ayudarnos a contribuir a la fraternidad, en base a cómo se vivía en el Antiguo Testamento.
“Hoy el Papa nos habla de la fraternidad universal y hacia eso tenemos que dirigirnos. La encíclica Fratelli Tutti indica que todos somos hermanos e hijos de un mismo Padre”, expresó Narvaja Bergoglio, amigo del cura párroco de Saladillo desde más de 20 años.
El sacerdote manifestó que el individualismo es lo que nos separa a las personas. “Por supuesto que ese problema también estaba en el Antiguo Testamento. No es que ellos eran perfectos y nosotros fallidos, sino que los problemas se repiten”, indicó.
“Hoy en la Argentina se habla mucho de la grieta, que es sin dudas un problema de fraternidad, y creo que parte de la solución pasa por el diálogo. Cuando hay un conflicto y sólo cede una parte, no es bueno. Tienen que ceder las dos y eso se logra dialogando”, sostuvo el presbítero, especialista en Patrología y Teología Medieval.
“Estamos programados para que cada uno se salve a sí mismo y no es a lo que Dios nos invita. Él quiere otra actitud en nosotros. La gente no es naturalmente mala. Lo que pasa es que a veces vivimos distraídos y una reflexión nos puede dar una mano para mejorar”, expresó Narvaja Bergoglio, quien actualmente brinda un curso sobre literatura clásica a los seminaristas de la Diócesis de Azul.
“Las redes sociales son un instrumento como cualquier otro que pueden ayudarnos. Es como tener un martillo. Si lo uso para trabajar, perfecto. Pero también lo puedo utilizar para golpear a mi vecino. A todos los instrumentos, uno los debe calibrar hasta qué medida son útiles. Todos los medios de comunicación lo son, pero tenemos que saber de qué manera usarlos”, dijo.
“Ahora todos hablan de la inteligencia artificial, otra cosa con la que podés hacer maravillas, pero también maldades con la finalidad de destruir o para dominar al otro. Y es ahí donde tenemos que poner los límites.”