Entre 1976 y 1977, el militante saladillense fue secuestrado por los represores en dos ocasiones y sobrevivió a las torturas. Este martes narró su testimonio y reflexionó sobre la fecha, a 49 años del golpe

Convocado por profesores y estudiantes del proyecto Jóvenes y Memoria, el dirigente local del PSTU, Jorge Cura, visitó este martes la Escuela Secundaria N°2 “Manuel Pardal” de Saladillo, para brindar su testimonio acerca de los delitos de lesa humanidad que le tocó vivir en carne propia durante la última dictadura.

Jorge, que en su juventud militaba en el Partido Comunista, fue secuestrado y torturado en dos ocasiones entre 1976 y 1977, tras el golpe de Estado.

Manifestó que “el 24 de marzo de 1976, se dio un golpe cívico, militar y eclesiástico orquestado por los grandes capitalistas, en sociedad con Estados Unidos, cuyo objetivo fue derrotar las luchas obreras que había en nuestro país desde el Cordobazo de 1969, para imponer un proyecto económico que trajo aparejada la estafa de la deuda externa, la entrega del país a las multinacionales, la desindustrialización y todo el plan que en su momento dirigieron Martínez de Hoz y su alumno Domingo Cavallo, el mismo que el presidente Milei admira”.

“En ese momento, pasaron al Estado, a través de los seguros de cambio, la deuda externa de 5000 empresas privadas y la mitad de la deuda del país; o sea, 20.000 millones de dólares”, precisó.

El aparato represor de entonces “desapareció a 30 mil personas, entre trabajadores, estudiantes, jóvenes militantes y políticos, y forzó el exilio de medio millón de personas. También robaron bebés y torturaron”.

“Las políticas de Milei –continuó Cura– son una continuidad de la ofensiva neoliberal de los años ‘70 y el Pacto de Washington de los años ’90”.

“Por eso, hoy más que nunca, debemos tomar las calles de todo el país para derrotar este plan de hambre y represión del Gobierno de Milei, de los gobernadores y del FMI, apoyados mayoritariamente por radicales y peronistas”, denunció.

“La dictadura fue derrotada por la inmensa fuerza de las movilizaciones y huelgas, por la lucha de las Madres de Plaza de Mayo y por los organismos de derechos humanos. Todos ellos fueron piezas clave, desafiando la represión el estado de sitio y las intervenciones de los gremios.”

“La organización obrera y popular, ha sido la principal arma de nuestro pueblo. Hoy millones de jóvenes y trabajadores no conocen esa historia. Ven todo como una cosa del pasado. Y es deber de las anteriores generaciones y de todas las organizaciones que esto se sepa en las fábricas, en las facultades y en los yacimientos de todo el país. Es la manera que eso no vuelva a ocurrir. Si olvidamos y bajamos los brazos, hay posibilidad de que crezcan los riesgos de nuevos golpes militares en el futuro, cuando el pueblo luche por sus derechos. ¡Terrorismo de Estado, nunca más!”