“Es momento de dar la cara. Y quienes ocupan cargos públicos, lo tienen que hacer… El radicalismo es todo lo contrario a lo que representa Milei, porque si algo está haciendo este Gobierno es llevarse puestas todas esas banderas que la UCR, en nombre de la democracia, alguna vez promovió”, sostuvo

Militante radical desde que tiene uso de razón, el doctor Gabriel Arsuaga prefiere tomar distancia de lo que muchos “radicales pacatos” de Saladillo no están dispuestos a hacer.

Dueño de una retórica basada en convicciones y argumentos sólidos, el abogado fue uno de los pocos de su partido en plegarse a la marcha federal antifascista y antirracista del sábado pasado en el centro de la ciudad.

“Acompañé esta marcha porque considero que estamos en un momento difícil para el pueblo en general, y después del discurso del Presidente en Davos, con más razón me quise sumar”, expresó.

“Es momento de dar la cara. Y quienes ocupan cargos públicos, como a mí también me gustaría en algún momento, no lo niego, lo tienen que hacer. Es necesario participar”, remarcó.

“En el caso del radicalismo, en estas marchas tiene que haber un acompañamiento partidario. Una postura donde no queden dudas acerca de lo que la Unión Cívica Radical plantea”, añadió el militante.

En consecuencia, indicó: “Lo que yo no quiero es que la UCR juegue a ganador en este momento, sino que tiene que estar donde corresponde sin importar si le conviene o no”.

Y en este sentido, agregó: “Yo no estoy donde me conviene, sino que estoy donde tengo que estar por convencimiento”.

“La UCR es lo contrario a lo que propone Milei”

Arsuaga sostuvo que “la UCR es un partido de más de cien años de historia que ha ayudado mucho a que existan nuevos derechos y también a que se garantice la democracia”.

“Podemos expresar lo que sintamos. Y en nombre de esa democracia, no hay que dar pasos atrás. Hoy muchos tienen miedo a decir lo que piensan, porque el Gobierno avanza incluso con sus propios militantes, como hizo con Ramiro Marra hace unos días”, opinó.

“Si algún radical está especulando en que este Gobierno le va a abrir las puertas y lo va a hacer parte, lamentablemente está por el mal camino. Es una postura que confunde al electorado radical como pasó en Saladillo en las elecciones presidenciales, donde muchos apoyaron a Milei en las urnas”, señaló.

“El radicalismo –continuó Arsuaga– es todo lo contrario a lo que representa Milei, porque si algo está haciendo este Gobierno es llevarse puestas todas esas banderas que el radicalismo, en nombre de la democracia, alguna vez promovió”.

“Muchos se esconden, yo no”

Del amplio espectro radical de Saladillo, a uno de los pocos que Arsuaga ve alzar su voz bastante a menudo en contra de este Gobierno es al ex intendente Carlos Gorosito: “Yo coincido con muchos de los conceptos y opiniones que él comparte a través de sus artículos en las redes y en los medios… Muchos dirigentes y militantes, en cambio, se esconden. Yo no. Tal como sucede en mi caso, hay muchos radicales en distintas partes del país que se sumaron a la marcha”, insistió.

“Con Facundo Manes es con quien más coincido”

En cuanto al radicalismo a nivel nacional, Arsuaga confió que hoy no está participando en ninguna línea interna en particular. “Yo no me ordeno de arriba para abajo, sino todo lo contrario. Me parece que, en cualquier partido político, siempre la base tiene que ser más importante que la dirigencia. Cuando la dirigencia se desprende de la base, empiezan a aparecer los problemas. Es lo que le pasó al kirchnerismo y a tantos otros partidos, incluyendo hoy al propio presidente Milei en La Libertad Avanza”, afirmó.

“No busco todo el tiempo con quien referenciarme. De todos modos, debo reconocer que el bloque legislativo Democracia Radical (liderado por Facundo Manes) es con quien tengo mayores coincidencias, porque creo que defiende con matices las mismas cuestiones que defiendo yo”, remarcó Arsuaga.

“En primer lugar, creo que al radicalismo le falta debate interno. Y lo segundo es el loteo. La UCR tiene comités prácticamente en todas las ciudades del país y en muchos lugares gobierna alguno de sus representantes, lo que lo hace todo el tiempo atractivo a los ojos de los ciudadanos”, enfatizó.

“El problema, precisamente, es que la UCR termina loteándose por pedazos. Las ciudades terminan defendiendo un proyecto de ciudad que no tiene nada que ver con lo que se conversa en provincia o a nivel nacional. Eso es lo que le pasa a Manes: la imposibilidad de llevar su mensaje para convencer a los gobernadores e intendentes radicales de ciudades importantes, como el caso de Saladillo, para que lo acompañen”, consideró.

“En el radicalismo primero se lotea y después queda un vacío que lo ocupa alguien que sabemos que va a perder. De esa manera, el partido queda fragmentado y muchos se terminan yendo”, acotó.

“En su momento, la UCR sacó el 5% de los votos. Y hoy muchos tienen miedo que se repita. A todos esos, les recuerdo que Milei, Espert y Lemoine hace tres o cuatro años, también eran el 5%. Construir poder en la Argentina, no es fácil. Cuesta. Por eso, me parece que partir de una base, muchas veces negativa, pero sabiendo hacia dónde vamos, es preferible a seguir corriendo de atrás, loteados, sin candidatos y, lo que es peor aún, sin espacio para los jóvenes”, completó.