Con entrada libre y gratuita, frente al Parque República de Brasil, la gente disfrutó de las propuestas –muchas, variadas y entretenidas– que ofreció la fiesta el sábado y el domingo
Aunque el carnaval arrancó hace ya más de un mes en el partido de Saladillo a través de las distintas localidades del interior, este fin de semana la fiesta popular por antonomasia llegó a la ciudad cabecera y fue a puro brillo, color y alegría.

Mucha gente se dio cita en el corsódromo de la avenida Mariano Acosta, para compartir este evento anual que, ante todo, es familiar y comunitario.

Con entrada libre y gratuita, frente al Parque República de Brasil, la gente disfrutó de las propuestas –muchas, variadas y entretenidas– que ofreció la celebración en la primera de sus dos noches.

La segunda tuvo lugar este domingo 23 de febrero y no se suspendió por lluvia, a pesar de los pronósticos desalentadores.

Desde las 22:30, bajo la animación de Javier Bustamante, la fiesta acompañada desde el Municipio, mediante la Subsecretaría de Cultura y muchas otras áreas que participaron en la organización, tuvo en su estreno una noche de esplendor.

La apertura estuvo a cargo de la animada comparsa Los Abuelos, compuesta por adultos mayores que constituyen un verdadero ejemplo de buena onda.

A continuación, desplegaron todo su encanto, con la alegría típica del carnaval norteño, los bailarines de la escuela de danzas Herencia Criolla.

Más atrás, la murga La Pasión de la Falucho hizo su entrada triunfal al corsódromo. Dirigida por Leo Carballeda, la agrupación se lució con sus canciones sobre el escenario y le brindó una dedicatoria especial al querido Faustino “Prospiti” Mierez, fundador del Club Oro Verde, que estuvo presente entre el público.

Esta fue la antesala de lo que se vivirá el sábado 1° de marzo con el corso murguero en el barrio Falucho.
Al compás del carnaval jujeño, y con atuendos muy coloridos y vistosos, hizo su aparición en la Mariano Acosta el Taller Municipal de Danzas Folclóricas que dirigen Alfonsina Rinaldi y Hernán Calcaterra.

Bailarines de distintas edades, desde pequeños hasta jóvenes y adultos, contagiaron al público con la alegría y el ritmo de la maravillosa música del altiplano.

Al igual que en noches anteriores, también se presentó en esta ocasión El Paisanito y Alejandrita, un número que evoca las ocurrentes andanzas de Claudio Molfino con su muñeca bailarina.

La noche llegó a su punto álgido con la presencia –esperada, por cierto– de la comparsa Iberá, la majestuosa.
Conducida por Daniel “Chiri” Díaz, la agrupación volvió con todo y aportó todo su brillo con trajes excelentemente diseñados, dignos de los carnavales más exitosos del país.

Bellas y esculturales pasistas se lucieron a lo largo del corsódromo, al compás de la música que acompañó todo ese gran despliegue.
Llegó el turno luego de la murga Los Gigantes de Falucho, que, con su ritmo, sus movimientos y sus canciones, también aportó al entretenido desarrollo de la fiesta.

El carnaval norteño volvió a escena y esta vez lo hizo a través del Centro Cultural El Olvidao, que el viernes cumplió 7 años. Con vestidos y máscaras tradicionales, rindieron culto al típico carnaval de la puna jujeña.

La frutilla del postre la puso batucada La Diferente, encabezada por Matías Najarí. Con sus ritmistas y pasistas, la agrupación hizo honor a las costumbres gauchas. “Hace 12 años que arrancamos en el carnaval de Saladillo y lo venimos bancando de manera ininterrumpida”, expresó.

Ultima gran noche
Este domingo 23, con el clima como aliado, la fiesta comenzó cerca de las 22 con la participación de los egresados de la Promo 2025 y siguió con la comparsa Los Abuelos; la comparsa del Centro Vasco Itxaropen, que representó a los “Jardineros de Donosti”; el Taller de Danzas Nativas; el grupo folclórico Herencia Criolla; la murga Los Gigantes de Falucho; la comparsa Iberá; la batucada La Diferente; motivos libres y, al final, la tradicional quema del Rey Momo.

La fiesta popular abarcó dos cuadras de la avenida Mariano Acosta entre Moreno y 12 de Octubre y contó con servicio de cantina y parrilla atenido por los Clubes Unión Apeadero, La Lola y La Campana.

También hubo patio de comidas con la presencia de food trucks, pochocleros y venta de espuma. A diferencia de ediciones anteriores, esta vez no hubo tribunas ni sillas, por lo que muchos espectadores optaron por llevarse su propia reposera.

Cabe destacar también la presencia de numeroso personal de seguridad contratado por el Municipio, de Tránsito y de Defensa Civil, que en la primera noche tuvo bastante trabajo, a raíz de las peleas y escaramuzas de un puñado de inadaptados que, por suerte, no pasaron a mayores.

“Queremos que la gente se acerque a compartir y disfrutar”, expresó la subsecretaria de Cultura, Silvina Iturria, tras destacar el gran trabajo de las distintas áreas municipales que posibilitan el armado del evento.

Además de las murgas, la batucada y las comparsas, la directora de Cultura, Noelia Catullo, destacó, como novedad, la participación de agrupaciones folclóricas que se suman con los ritmos del carnaval jujeño y la saya.

La secretaria de Gobierno, Viviana Rodríguez, resaltó la numerosa participación de agrupaciones y remarcó la pasión y dedicación que cada una pone, a pesar de las dificultades y obstáculos que se presentan.

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