La docente y ex directora de la Escuela 18 cumplió 93 años
Por Carlos Gorosito
(Ex Intendente de Saladillo)
Nélida Toscanini de King, el pasado 28 de noviembre cumplió 93 años de vida. Nació en Buenos Aires en 1931 y en 1951 se radicó en Saladillo para ejercer la docencia. Aquí formó su familia, se rodeó de afectos y se quedó para siempre.
Es una de las hijas adoptivas de nuestra ciudad. Anualmente, para el día de su cumpleaños, reúne a sus afectos para celebrar un nuevo aniversario de su vida. Y tengo el honor de estar incluido entre sus afectos.
Fue mi maestra de primer grado en la Escuela N°18 “Gral. José de San Martín” y nunca podré olvidarla. Sigue siendo para mí y para muchos de los que la hemos tenido de maestra la “Señorita Nélida” toda una referencia: como educadora y como persona. Ella fue para mí, junto con la Escuela, la entrada al maravilloso mundo del conocimiento. No sólo me enseñó a leer y a escribir, sino también las reglas fundamentales de las matemáticas.
Además me hizo ver el valor que tenía y tiene la educación en la vida de las personas. Me alentó a ser lector, lo que hoy agradezco infinitamente. También me ayudó en momentos de dificultades, que fue importante para un niño de 8 años como era yo por entonces. Yo no empecé la escuela primaria a los 6 años de edad, como empezaban todos o casi todos los niños de la época.
La explicación que me dieron en mi casa fue que querían enviarme junto con mi hermana Elena. Yo soy dos años mayor que ella, de manera que empecé primer grado junto a mi hermana, cuando ella tenía 6 años. No sólo era yo el más alto de la fila, sino el alumno de más edad de la clase. Casi todos tenían 6 años y yo 8. Obviamente tampoco había concurrido el Jardín de Infantes. Fue entonces muy importante el papel que jugó la señora Nélida Toscanini de King, no solamente en el tramo inicial de mi formación escolar, sino en la parte afectiva.
Ante cada dificultad me alentaba a superarla. Por un accidente que tuve en el patio de juegos de la escuela, estuve unos meses sin concurrir a clases. Cuando me reincorporé a la actividad escolar, tenía un notable retraso en mis conocimientos, mis compañeros habían avanzado naturalmente mucho más que yo. Fue Nélida quien se quedaba conmigo en los recreos y me ayudó a nivelar rápidamente los conocimientos que mis compañeros ya habían adquirido durante mi ausencia.
Entonces cómo olvidar a quien me dio tanto, yo lo considero así. Nélida ha sido una gran educadora y lo sigue siendo, porque una maestra lo es aun cuando ya no esté ejerciendo la docencia: una de las más nobles e importantes que existen en la sociedad.
Siempre nos decía: “¡Prepárense, la sociedad los puede necesitar!” o “en este salón puede estar el futuro Intendente de Saladillo o nuestros futuros gobernantes”.
Pasó el tiempo y ya siendo Intendente Municipal de Saladillo, la invité al acto de puesta en funcionamiento del CURS (Centro Universitario Regional de Saladillo).
Finalizado el mismo, me acerqué a saludarla y le dije: “Gracias por venir”. Y ella me contestó: “Si no hubiese venido a un acto como este, dejaría de ser docente”. Siempre me recuerda esta anécdota.
Hoy le agradezco públicamente por el hecho de haberme invitado como lo hace todos los años a participar de la reunión por su cumpleaños y también por su aporte a la educación saladillense y por haber sido formadora de muchos de mis conciudadanos, que también la recuerdan con mucho amor. La señorita “Nélida” siempre estará en mis mejores recuerdos, en el de quienes han sido sus alumnos y de todos los que la han tratado más allá del ejercicio de la docencia.
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