Por Carlos Gorosito – Ex Intendente de Saladillo
En abril de 2022, publiqué una nota en oportunidad de haberse adjudicado la licitación pública por parte del gobierno del presidente Alberto Fernández, a fines del mes de febrero de ese año, de la puesta en valor de la Planta de Líquidos Cloacales de Saladillo.

Allí valoré la gestión de todos los que intervinieron y particularmente las acciones de nuestro Intendente Municipal para que la obra se concretara. El 30 de enero de 2024, casi dos años después, a casi dos meses de instalado el gobierno del presidente Milei, el gobierno de la motosierra, el gobierno que está en contra de la obra pública, escribí otra nota donde sostuve: “Saladillo no debe permitir que la obra se detenga”. Y agregué: “Es imprescindible actuar ya, por parte de quienes deban hacerlo porque repito una vez más camarón que se duerme se lo lleva la corriente”.
En concreto, pedí que se hicieran gestiones para que la obra que es de gran importancia para Saladillo no se paralizara.
Lo concreto es que la obra finalmente se paralizó. La empresa que la estaba realizando se fue de la ciudad y eso me llevó a escribir nuevamente el 11 de abril del corriente año lo siguiente: “La motosierra pasó por Saladillo muy fuerte y rebanó el último tramo de la Planta de Cloacas. Hoy corremos el riesgo de que el sistema cloacal colapse, lo que sería catastrófico para la ciudad”.
Claramente advertía en esa nota que la esperanza de concreción de la obra se desvanecía por decisión del Gobierno nacional, frustrando la aspiración de toda la comunidad saladillense.
Reclamé acciones concretas de los responsables de evitar que todo termine mal. No las hubo, o si existieron no dieron ningún resultado positivo.
En la mencionada nota hubo algunas sugerencias. Remito a la misma para no caer en la reiteración. Hoy, una vez más, me expreso para que se movilicen quienes se tengan que movilizar, especialmente los dirigentes políticos, autoridades y representantes locales de nuestro pueblo, que deberán actuar con contundencia y firmeza para cambiar la realidad.
Esto es: que la obra hoy totalmente paralizada desde hace varios meses, que no representa ninguna mejora respecto del estado al inicio de los trabajos, se reinicie y se termine definitivamente.
Hoy día se bombean los líquidos cloacales tal cual como llegan a la planta desde la ciudad, sin ningún tipo de tratamiento, directo a la cuneta del acceso Kirchner y de ahí al Canal 16.
La obra ejecutada hasta el momento, que según se ha informado desde el Municipio representa un avance del 78%, no significa ninguna mejora para el sistema de tratamiento, es decir tiene 0% de beneficio.
Además, con el paso del tiempo, lo ejecutado inevitablemente sufrirá un deterioro que habrá que reacondicionar a futuro, o sea que lo que se ha realizado hasta ahora no puede llegar a servir si se demora el reinicio de la obra y luego la inversión deberá ser mucho mayor.
Mi pedido a que se activen las acciones está motivado, entre otras cuestiones, con la finalidad de evitar posibles y eventuales movilizaciones a futuro donde la población con el sistema ya colapsado salga a reclamar. No debemos llegar a que el sistema cloacal literalmente desborde sus líquidos en las calles de nuestra ciudad y tengamos que convivir con esa situación.
Hay que evitar que se arme la de San Quintín (1). ¡Es imprescindible que se complete el tramo faltante! Hay que hacerle entender al Gobierno nacional que esta obra no se debió paralizar y que debe continuar. Aunque es muy difícil pedirle peras al olmo. Pero yo siempre digo que la política es el arte de intentar resolver la cuadratura del círculo. Es decir, intentar resolver los problemas de la comunidad por más complejos que fueren. Hay que realizar una gestión política del más alto nivel, como ya lo expresé en otras oportunidades. Además de las autoridades y representantes locales, tenemos legisladores locales, que a su vez todos están conectados con dirigentes y legisladores provinciales y nacionales con algún grado de influencia en la esfera del Gobierno nacional.
La obra se debe reactivar porque, caso contrario, habrá graves consecuencias con relación a la prestación del servicio y también ambientales.
Está demás aclarar que una obra de esta naturaleza no puede ser financiada por un Municipio y, además, debo recordar que esta obra tenía financiamiento de organismos internacionales, en este caso específico por el BIB (Banco Interamericano de Desarrollo).
El Gobierno debe haber desviado esos fondos para intentar mantener equilibrada sus cuentas, por eso debe haber paralizado la obra.
Está claro que la suspensión de la obra es responsabilidad el gobierno del presidente Milei. Debe haber decenas de situaciones como la de Saladillo en el país y en nuestra provincia.
En mi nota del 11 de abril, propuse algunas alternativas. Rápidamente debe encontrarse una solución. Si el Gobierno nacional no da una solución rápidamente. Pero ahora debo repetir el dicho popular: “Dificulto dijo Luna que al chancho le salgan plumas”.
Si el Gobierno nacional no da respuesta, y es muy probable que así sea, porque fue el gobierno de Milei el que paró la obra, se deberá articular rápidamente una solución con el Gobierno provincial, antes de que lo que se haya hecho no sirva más y antes de que el sistema cloacal colapse. Probablemente, la respuesta positiva la puedan encontrar en el Gobierno provincial. Se analizará entonces qué recursos puede aportar el Gobierno provincial y cuáles Gobierno local.
Vuelvo a sugerir hoy como antes lo hice, una urgente reunión con el Gobernador directamente para hablar del tema. Tanto el Intendente como los legisladores y dirigentes locales que se referencian con el Gobernador pueden conseguir una audiencia de 15 o 20 minutos para plantear el tema y regresar a Saladillo con una solución concreta.
Hago esta sugerencia, excepto que el ministro de Obras Publicas de la Provincia, Gabriel Katopodis, que fue un gran impulsor de la obra y conoce el tema, llame al intendente Salomón y le diga: José Luis, quedate tranquilo que en tanto tiempo se reiniciará la obra. Ya le hemos encontrado la vuelta para su continuidad.
Se que a la Provincia no le corresponde financiar una obra que estaba financiando la Nación con recursos internacionales, pero si la solidaridad no está en el Gobierno nacional, probablemente lo esté en el provincial, al menos si nos atenemos a los discursos que se vienen pronunciando.
Lo concreto es que se debe encontrar la vuelta para que la obra tenga continuidad y se termine. Caso contrario, estaremos lamentando las consecuencias de su paralización.
Nota: (1) En el título de la nota utilizó la expresión se va “armar la de San Quintín”. “Se armó la de San Quintín” es una expresión coloquial española que significa que se ha desencadenado un escándalo de grandes proporciones. La expresión viene de la Batalla de San Quintín, una victoria española en 1557 contra los franceses, donde las bajas fueron muy numerosas. El 10 de agosto de 1557, el ejército de Felipe II, liderado por el joven duque de Saboya, se impuso en la batalla cerca de la ciudad picarda de San Quintín sobre las fuerzas francesas dirigidas por el condestable Anne de Montmorency.