En su paso por Rusia, Di Pasquale se acercó hasta la Embajada Argentina y conversó con sus autoridades diplomáticas acerca de la situación actual e historia del pato a nivel nacional
Invitado por la Confederación Mundial de Deportes Étnicos, el saladillense Miguel Di Pasquale, quien actualmente preside la Federación Argentina de Pato, participó como orador en el 7mo Foro de Deportes Étnicos junto a representantes de distintas disciplinas de más de 70 países.
En su paso por la capital de Rusia, Di Pasquale se acercó hasta la Embajada Argentina en Moscú y conversó con sus autoridades diplomáticas acerca de la situación actual e historia del pato a nivel nacional, la agenda de esta disciplina como deporte nacional y las estrategias de difusión internacional.
El pato no sólo es nuestro deporte nacional por decreto: es parte de nuestra identidad. Fue practicado por los gauchos, los primeros colonizadores de estas tierras, y no hay otro deporte que tenga raíces tan profundas en nuestra historia.
Con más de 400 años de existencia, el deporte evolucionó mucho. Los equipos, compuestos por cuatro jinetes cada uno, compiten en un campo de césped con el objetivo de embocar el “pato” en un aro de un metro de diámetro, situado a 2.40 metros de altura en cada extremo del campo.
Este deporte se juega en diferentes torneos según la ventaja de los equipos, similar al hándicap en el polo. Hay torneos de baja, media y alta ventaja, cada uno con sus propias reglas y duración de tiempos.
Sin importar el nivel, todos los partidos son una muestra de destreza y estrategia, con caballos galopando a máxima velocidad mientras los jugadores intentan arrebatar el pato a sus rivales.
“Los caballos en competición tienen diferentes edades; algunos arrancan grandes, otros con 4 o 5 años. Por ahora no se requiere una raza especial para practicarlo, pero generalmente se usan caballos mestizos. Algunos jugadores comienzan con caballos árabes, criollos o cuartos de milla, pero los mestizos son los reyes de la cancha”, afirmó Di Pasquale.
La selección de los caballos es crucial y cada jugador busca el compañero perfecto que lo acompañe en cada galope.
“En Argentina existen entre 30 y 34 equipos, la mayoría en la provincia de Buenos Aires, aunque el pato se practica también en Jujuy, Salta, Tucumán, Misiones, Corrientes, Santa Fe, La Pampa, Córdoba y más provincias”, afirmó.
El lugar emblemático para disfrutar de este deporte es el Campo Argentino de Pato en Campo de Mayo, San Miguel. Y el Abierto Argentino de Pato, que se juega a fin de año en la cancha número 2 de Palermo, es la joya de la corona.
De Argentina al mundo
Aunque actualmente se desarrolla sólo a nivel nacional, hay planes para exportarlo, comenzando por nuestros países vecinos. “Es una disciplina tan atractiva y emocionante, que sin duda podría conquistar corazones alrededor del mundo”.
“No hubo, en el país, otro deporte que se haya jugado antes que el pato; no hay registros. Realmente es el deporte argentino. Después, el resto de las disciplinas empezaron a aparecer desde otras partes del planeta, pero el pato es bien nuestro”, concluyó Di Pasquale.